Esta es, de verdad, la dádiva que no exige nada a cambio. Él no espera que su compañero de fatigas le pague, ni siquiera que lo ame. Luego, se da cuenta de que, por medio de esta paradoja divina, al dar así, sin esperar nada, ha encontrado su propia recompensa, ya sea que su hermano haya recibido algo o no.
Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 107
Por medio de la experiencia en el trabajo de Paso Doce, llegué a entender las recompensas de dar sin exigir nada a cambio. Al principio yo esperaba la recuperación de otros, pero muy pronto me di cuenta de que esto no sucedía. Una vez que adquirí la humildad para aceptar el hecho de que no todas las visitas de Paso Doce iban a tener éxito, entonces estaba abierto a recibir las recompensas de dar generosamente.
Del libro Reflexiones diarias Copyright ©️ 1991 by Alcoholics Anonymous World Services, Inc.