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EL SECRETO MASÓNICO

SECRETO Y DISCRECIÓN

Secreto: implica la prohibición de revelar algo a alguien.

Discreción: es más tolerante, es sensatez, prudencia y tacto para juzgar u obrar.

La disciplina del silencio es una de las enseñanzas fundamentales de la Masonería, quien habla mucho piensa poco ligera y superficialmente, y la Masonería quiere que sus adeptos se hagan más bien pensadores que habladores.

No se llega a la verdad con muchas palabras ni discusiones, sino más bien con el estudio, la reflexión y la meditación silenciosas. por consiguiente, aprender a callar es aprender a pensar y meditar. Por esta razón la disciplina del silencio tenía una importancia tan grande en la escuela pitagórica, en donde a ninguno de los discípulos se le permitía hablar, bajo ningún pretexto, antes de que hubiesen transcurrido los tres años de su noviciado, período que corresponde exactamente al del aprendizaje masónico. Saber callar no es menos importante que saber hablar, y este último acto no puede aprenderse a la perfección antes de habernos adiestrado en el primero, rectificando por medio de la escuadra de la reflexión todas nuestras expresiones verbales instintivas.

Para poder realizar esta disciplina del silencio, también hemos de comprender el significado y el alcance del secreto masónico. Dado que el masón tiene que callarse ante las mentalidades superficiales o profanas sobre todo aquello que únicamente los que se han iniciado en su comprensión pudieran entender y apreciar.

Por otro lado, los signos y medios de reconocimiento, y todo cuanto se refiere a los trabajos masónicos deben conservarse en el secreto más absoluto, puesto que de este secreto depende la perfecta aplicación, utilidad y eficacia de los mismos. Son éstos los medios exteriores o materiales con los cuales será formada y se suelda y se hace efectiva la mística cadena de solidaridad que, con la Masonería, abraza toda la superficie de la tierra.

La legitimidad del secreto se da tanto por la costumbre como por legislaciones vigentes. La inviolabilidad del domicilio, de la correspondencia y de las comunicaciones está consagrada por la Constitución Política del Estado. La Iglesia Católica ha hecho del Secreto de la Confesión, toda una institución. Los Secretos de Estado y los Secretos Militares son tan celosamente guardados que en muchos casos y lugares, su indebida divulgación se paga con la vida. La Ley de imprenta consagra el secreto de las fuentes de información y el juramento Hipocrático hace del secreto profesional algo sagrado para los médicos. Los secretos industriales son reconocidos como tales por las legislaciones de muchos países y en lo más avanzados, constituye parte de su patrimonio y de riqueza. La privacidad familiar, sagrada para todos, está constituida por muchos secretos compartidos y conocidos tan sólo por sus miembros.

Podemos considerar a la Masonería como una Sociedad Discreta, antes que una Sociedad Secreta, porque la sabiduría acumulada, durante siglos de existencia, es dosificada prudentemente a sus miembros de acuerdo a como se van preparando para conocerla. La Discreción en el Secreto Masónico.

EL SECRETO MASÓNICO

No son pocas las ideas erróneas y los prejuicios que se han difundido sobre la verdadera naturaleza de la institución que lleva el nombre simbólico de Masonería. Esto se debe especialmente a su carácter oculto y misterioso que, si constituye para algunos un motivo de atracción, lo es para otros igualmente de desconfianza, haciéndole el blanco para las flechas de sus adversarios que, aún cuando sean sinceros, la desconocen.

El llamado «secreto masónico» es justamente el punto sobre el cual más se ha especulado y sobre el cual se basan los que condenan a la Francmasonería, no comprendiéndose su razón, ni su verdadera naturaleza o sea el carácter espiritual, iniciático y constructivo de este secreto. No se quiere ver en el mismo más que el pretexto o cuando menos tales que no puedan confesarse públicamente, por tenerle miedo a la luz del día.

La teoría generalmente aceptada es que la Masonería de hoy es consecuencia de lo que fueron las Logias Operativas de la Edad Media. Es bien sabido que en estas organizaciones Medievales eran celosamente guardadas en secreto las técnicas de construcción, los sistemas de organización interna y todo aquello que caracterizaba a los masones de la época. Ellos a su vez habían recibido la herencia que se remonta al Maestro Hiram, arquitecto y constructor del Templo de Salomón, conocimiento que, en secreto, fueron transmitidos a través de los siglos. Pero en que momento, aquellos artesanos conciben una Filosofía completa como es la Francmasonería y que la encubren bajo un complicado sistema de simbolismos y alegorías.

Durante la Edad Media, la Iglesia protege y fomenta a las logias masónicas operativas las cuales plasman su sabiduría y simbolismos en las maravillosas catedrales que hasta hoy adornan Europa, la poderosa iglesia Católica de entonces fomenta y financia a los masones operativos. Pero en el transcurso de esos tiempos, se corrompe el clero, se desgasta la autoridad papal, se temporalizan las metas y finalidades de esa institución y finalmente surge la reforma como expresión de protesta contra ese estado de cosas. Al debilitarse la Iglesia, disminuye notablemente la actividad de las logias Operativas, así como el número de sus miembros, pero sus conocimientos siguen transmitiéndose con sigilo, como preciado tesoro.

Aparece entonces la contrarreforma y con ella los Jesuitas implacables enemigos de los masones. Estos y los inquisidores, persiguen implacablemente a la Francmasonería, creyendo que ella les disputaba el poder temporal; la persecución consolida el secreto.

Las formas exteriores de la masonería de entonces se diferenciaban muy poco de las que tienen hoy en día. En Inglaterra, por ejemplo, las logias se reunían en una sala particular de alguna fonda cuya enseñanza les servia de titulo distintivo. La sala no se encontraba decorada con ningún adorno especial por temor a suministrar a la policía, que podía presentarse en cualquier momento, la prueba de la verdad del objeto real de la reunión. Por esta razón, el cuadro emblemático del grado en que se celebran los trabajos estaba generalmente trazado con lápiz blanco sobre el pavimento, borrándolo después de cada tenida.

Es en esta etapa que se cree que empiezan a superponerse los conocimientos simbólicos y las enseñanzas esotéricas a los que organizados Guildos Medievales, Masones especulativos como Ashmole, Sir Francis Bacon y Fludd que fueron estudiantes de filosofía. Varios de ellos eran también conocidos como miembros de la Orden Rosacruz. Hay sobradas razones para afirmar que la masonería tiene una fuerte influencia del Rosacrucianismo y la Sociedad Secreta de Bacon. Su simbolismo está fuertemente saturado de los grandes ideales de Bacon: la Educación Universal y la Democracia Universal.

Pero, además, la Filosofía Francmasónica está saturada de conocimientos del mundo antiguo y medieval, encubiertos de simbolismos y alegorías. Todo esto nos demuestra la existencia de un selecto grupo de sabios e ilustres masones que asumieron la responsabilidad de perpetuar conocimientos reservándolos mediante ciertas claves, ordenamiento y simbolismos que resisten al paso del tiempo y los avatares de la historia en beneficio de futuras generaciones.

Como puede verse, la masonería tiene una historia conocida; lo afirmado hasta ahora, puede conocerlo el profano con una superficial investigación en los libros al alcance de todos. La masonería realiza sus actividades en lugares conocidos y entre personas conocidas. En algunos países como en los EE. UU. donde nuestra Orden es más extendida y fuerte, orgullosos masones desfilan en acontecimientos públicos, luciendo sus mandiles y ornamentos. «La masonería no es una sociedad secreta, es una sociedad que posee secretos» (Aldo Lavagnini).

Desde el momento en que nos iniciamos, se nos recuerda y conmina a guardar el secreto que juramos mantener el día que vimos la Luz Masónica. Nuestro secreto aparte de lo esotérico, lo motiva la discreción, la prudencia, el sigilo y el respeto a las ajenas convicciones. Esta es la base práctica del Secreto Masónico y su filosofía, no se puede alegar ignorancia sobre este punto básico de nuestra doctrina y sobre todo el que tenemos enconados adversarios, quienes nos acechan con duros ataques, como si fuésemos iguales a otras organizaciones que si están llenas de secretos.

Estamos convencidos de que la disciplina, el método, la gradualidad, con discreción han hecho el terreno propicio para que la sabiduría acumulada por nuestra Orden se haya cimentado tan fuertemente como lo ha hecho.

Tal es el éxito del Secreto Masónico, transmitir discreta y adecuadamente la sabiduría en beneficio de la humanidad. Que absurdo sería guardar herméticamente los conocimientos sin posibilidad de acceso para nadie. Quién se beneficiaría de ello o ¿qué clase de Orden sería esta?

La Francmasonería busca la superación del hombre persiguiendo la Verdad y practicando la Virtud, quienes siguen esta senda se irán habilitando paulatinamente par conocer metódicamente lo que la masonería enseña. Para ellos los secretos se irán revelando día a día, en otras palabras, para ellos no habrán secretos.

La Masonería tiene secretos que no pueden ser comunicados a los profanos o dentro de la Orden a quienes todavía no estamos aptos para conocerlos. Estos secretos no ofenden a la Moral ni a las buenas costumbres y se relacionan paso a paso. Los Aprendices debemos estar seguros de que este método es bueno y que así se ha probado durante siglos. Sabemos que estamos en el camino de desvelarla para nuestro espíritu medite el estudio la meditación, la práctica cotidiana de la virtud y la constante búsqueda de la verdad; todo esto ocurrirá mediante el esfuerzo, la dedicación y el tiempo que nos demandará a los Aprendices alcanzar Grados Superiores, donde tendremos la oportunidad de conocer a profundidad a la Masonería.

Por: René Jiménez Olmos

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