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Cuerpo Astral

El cuerpo astral del hombre es vehículo que, a la visión clarividente, no aparece muy diferente del físico; está rodeado de un aura de colores centelleantes y compuesto de materia mucho más fina y sutil que la física; es el vehículo por medio del cual el hombre expresa sus sentimientos, posesiones, deseos y emociones; además sirve como puente u medio de transmisión entre el cerebro físico y la mental cual actúa en un vehículo de orden superior, llamado cuerpo mental.

El cuerpo astral es un cuerpo sutil propuesto por muchos filósofos, intermedio entre el alma inteligente y el cuerpo mental, compuesto de un material sutil.

El desdoblamiento astral consciente, se convierte una facultad que es urgente desarrollar, son miles las personas que teniendo gran inquietud espiritual se contentan con la lectura de libros y llenan su mente con diversas teorías, como queriendo lograr el desarrollo de su conciencia y sus facultades a través de la simple erudición. Así es como infinidad de principiantes se cierran las puertas al verdadero conocimiento.

Durante el sueño del cuerpo físico, el hombre falto de desarrollo vive existencia vaga y soñolienta en un cuerpo astral relativamente primitivo, y al despertar su cuerpo físico recuerda muy poco o nada de su vida durante el sueño.

Es urgente aprender el desdoblamiento astral. Cuando una persona aprende a salir del cuerpo físico a voluntad, de forma consciente, puede hablar con los maestros cara a cara, recibir enseñanzas de labio a oído, asistir a templos, etc. En esa dimensión se puede estudiar el problema de uno, el porvenir de uno, el pasado. Es una forma muy sencilla y muy rápida porque allá estamos fuera del tiempo, pero para lograr todo esto hay que volverse práctico y dejar de lado las teorías.

Viaje astral: ¿Qué se siente cuando alguien realiza un viaje extra corporal? Son muchas las personas que dicen haber tenido un viaje astral mientras dormían, pero

¿Cómo es realmente esta experiencia? ¿Existe algún método para conseguir tener un viaje extra corporal?

Aunque muchas veces lo veamos como algo prácticamente imposible, tener una experiencia extra corporal espontánea es algo de lo más normal. Esta es también conocida como “Experiencia fuera del cuerpo”, o como se le llama comúnmente “viaje astral”.

En cambio, la vida del hombre desarrollado en el cuerpo astral, mientras el físico duerme, es activa, interesante y útil, el recuerdo de la cual se puede, bajo ciertas condiciones, traer a la memoria del cerebro físico. La vida de una persona así deja de ser una serie de días de conciencia despierta y noches de olvido, para convertirse en vida permanente de conciencia sin solución de continuidad, que altera entre el plano o mundo físico y el astral.

Mucho se ha escrito y discutido sobre los viajes astrales con numerosas teorías tanto a favor como en contra. No es cuestión solo de creer en la posibilidad de hacer un viaje astral, sino que existen documentos como los libros de gente como William

Buhlman, un exitoso escritor estadounidense que ha estado involucrado en viajes astrales desde la década de 1970, que atesoran la auténtica posibilidad de hacer un viaje más allá de nuestro cuerpo, pero si esto es así ¿Qué se siente cuando se tiene un viaje astral?

Habría que vivir uno para poder explicar la experiencia dado que puede variar de persona en persona, aunque los “síntomas” que suelen darse en la mayoría de casos, hablan de una experiencia en la que, tras haber entrado en un profundo sueño, aunque también se puede producir mientras se está meditando, se pasa a un estado alterado en comparación con el estado normal de conciencia, en el que la persona se siente flotando por encima del cuerpo físico, que permanece inactivo e indefenso. Este momento puede estar precedido por una fuerte vibración del cuerpo o por un extraño estado de rigidez.

A ese temblor o rigidez, le suele suceder el sonido de un gran estruendo o golpe, algo que según explica Buhlman en sus libros (como “Aventuras” fuera del cuerpo) corresponde a un aspecto energético y no real, como si fuera el “pistoletazo de salida” o el aviso de que estamos saliendo de nuestro cuerpo físico.

Una de las primeras cosas que aprende el hombre al actuar en el cuerpo astral es ir de un lado al otro; pues tal cuerpo posee gran movilidad y puede trasladarse a grandes distancias del cuerpo físico sumido en sueño. La comprensión de este fenómeno arroja mucha Luz sobre en gran número de fenómenos de los llamados «ocultos”, tales como “apariciones” de diversas clases, conocimiento de lugares nunca visitados físicamente, etc.

Junto a esa sensación de estar saliendo del cuerpo e incluso de verse fuera de esta, las personas que dicen haber tenido un viaje astral, experimentan todo tipo de sensaciones durante la experiencia y, sobre todo, una vez ha terminado. Entre esas sensaciones estarían: la sensación de pesadez o sensación de ahogamiento (que también se puede sentir cuando la persona está punto de quedarse dormida), un hormigueo inusual en el cuerpo, oír pronunciar el nombre de uno (cuando estamos a punto de finalizar el viaje) falta de peso, sensación de ligereza difusa, sensación de rotación o movimiento de cualquier tipo, o zumbidos.

Además, los “viajeros astrales” suelen decir que cuando viven la experiencia extracorporal se sienten como en un “cuerpo nuevo” como un duplicado de energía, un “doble” que es más delgado, más ligero y más puro que la densidad del cuerpo físico normal.

El ser humano es un compuesto de cuerpo y alma, pero más que cuerpo es un alma. Estos cuerpos están unidos por un cordón de plata.

El cuerpo astral es el vehículo por medio del cual el hombre expresa sus sentimientos, pasiones, deseos y emociones. Sirve como puente y medio de transmisión entre el cerebro físico y la mente.

El cuerpo astral se relaciona con el elemento agua y se mueve dentro del mundo astral, conocido también como el mundo de la ilusión y del espejismo. En este mundo, la verdad está oculta detrás de la mentira y la realidad detrás de las irrealidades. Así, quien aprende a trabajar con su cuerpo astral también descubre la verdad que se encuentra oculta en sus propias mentiras.

El cuerpo astral del hombre es un vehículo que no aparece muy diferente al físico, aunque está compuesto de materia mucho más fina y sutil que la física y está rodeado de un aura de colores centelleantes.

A pesar de que todo el mundo posee un cuerpo astral, muy pocas personas son conscientes de él y mucho menos identifican y controlan sus energías.

“ocultos”, tales como “apariciones” de diversas clases, conocimiento de lugares nunca visitados físicamente, etc.

Junto a esa sensación de estar saliendo del cuerpo e incluso de verse fuera de esta, las personas que dicen haber tenido un viaje astral, experimentan todo tipo de sensaciones durante la experiencia y, sobre todo, una vez ha terminado. Entre esas sensaciones estarían: la sensación de pesadez o sensación de ahogamiento (que también se puede sentir cuando la persona está punto de quedarse dormida), un hormigueo inusual en el cuerpo, oír pronunciar el nombre de uno (cuando estamos a punto de finalizar el viaje) falta de peso, sensación de ligereza difusa, sensación de rotación o movimiento de cualquier tipo, o zumbidos.

Además, los “viajeros astrales” suelen decir que cuando viven la experiencia extracorporal se sienten como en un “cuerpo nuevo” como un duplicado de energía, un “doble” que es más delgado, más ligero y más puro que la densidad del cuerpo físico normal.

El ser humano es un compuesto de cuerpo y alma, pero más que cuerpo es un alma. Estos cuerpos están unidos por un cordón de plata.

El cuerpo astral es el vehículo por medio del cual el hombre expresa sus sentimientos, pasiones, deseos y emociones. Sirve como puente y medio de transmisión entre el cerebro físico y la mente.

El cuerpo astral se relaciona con el elemento agua y se mueve dentro del mundo astral, conocido también como el mundo de la ilusión y del espejismo. En este mundo, la verdad está oculta detrás de la mentira y la realidad detrás de las irrealidades. Así, quien aprende a trabajar con su cuerpo astral también descubre la verdad que se encuentra oculta en sus propias mentiras.

El estudio del cuerpo astral ayuda asimismo a comprender mucho de los fenómenos de las sesiones espiritistas, así como ciertos métodos físicos y no físicos de curar enfermedades.

El cuerpo astral es el cuerpo donde se generan, se alimentan y viven los sentimientos y los deseos. El cuerpo astral se mueve en el plano o mundo astral y en él hay dos regiones fundamentales. La primera, donde se generan los sentimientos y deseos inferiores y egoístas, y la segunda, donde tienen su asiento los sentimientos y deseos superiores, altruistas, desinteresados y elevados.

A través de la vivencia en esta segunda región o nivel del plano astral, el hombre puede hacer contacto con el origen de los sentimientos superiores, el nivel donde nace el amor: el plano búdico.

De la misma forma que en el plano físico existen leyes físicas a las que todos, sin excepción, estamos sometidos, como por ejemplo la de la gravedad, en el cuerpo astral está, por encima de todo, la ley de atracción y del deseo. Todo es un deseo en una u otra forma y la humanidad está regida y controlada por estos deseos. Así, cuando el hombre orienta su vida sólo en la búsqueda de la felicidad, la alegría y la dicha propia, inevitablemente su vida es regida por el instinto en lugar del intelecto o la razón.

Dos cosas marcan la rapidez con la que un hombre puede salir de la oscuridad del plano astral. Una, el deseo de servir, la necesidad de buscar el bien de nuestros semejantes, en vez del propio. La otra, la obediencia a la propia necesidad de transformación que hay dentro de cada uno.

Es importante comprender que el cuerpo astral puede cambiar, que los sentimientos, que los deseos, no son algo fijo e inamovible, sino que de la misma forma que mediante ejercicio o una dieta alimenticia se puede variar el cuerpo físico, el cuerpo astral puede cambiar si se ejerce un control sobre los sentimientos.

Es fácil encontrarnos a personas que manifiestan tener miedo a tal o cual situación, o que tienen un deseo incontrolable por tal cosa, o que rechazan a otras personas por sus características, etc., etc. y lo dicen pensando que ellas son así y que esas cosas no pueden cambiar. Nada más lejos de la realidad, puesto que todo lo que respecta al cuerpo astral es susceptible de ser controlado y transformado. Por ello, el miedo, la inseguridad, el rechazo, el deseo, etc. son sentimientos del cuerpo astral que se pueden y se deben controlar.

Pero, ¿conocemos nuestros sentimientos? ¿Qué tipo de sentimientos alimentamos todos los días? ¿Cuántas cosas vivimos atrapados por los sentimientos?

Estas son algunas de las preguntas que nos debemos hacer para poder ejercer un auténtico control del cuerpo astral.

Sentimientos negativos:

El pecado: Es uno de los sentimientos más generalizados y que más perjudica a la humanidad. El pecado actúa dentro del hombre limitando su condición y llenándole de temor. Pero,

¿qué ocurriría si un día se descubriese que no existe el pecado, y que cada uno es responsable de sus actos y de las consecuencias de estos, pero que nadie puede ni tiene poder para juzgarlos ni perdonarlos?

La limitación: Crea falsas sensaciones de imposibilidad de hacer o decir algo ante circunstancias que, en la mayoría de las ocasiones, no tienen ninguna base real.

La forma de vencer las limitaciones es trabajando con pequeñas y cercanas metas a través de pensamientos de afirmación y de autoafirmación.

La comparación: Es otro de los sentimientos que más perjudican la propia evolución. La comparación con alguien o con algo nunca tiene un fundamento real y lleva a ocultar las propias carencias y deseos detrás de los demás. Cada uno debe aprender a valorarse por uno mismo y luego ver aquello que no le parece útil o positivo y cambiarlo, pero siempre mediante la confianza en uno mismo y en las posibilidades de cada uno.

La autosuficiencia: Es un sentimiento negativo, porque separa al que lo vive de los demás. Es un sentimiento que lleva consigo grandes dosis de ignorancia, porque todos formamos parte de todos, de una gran red entretejida por la que debemos aprender a movernos siendo conscientes de que nuestros sentimientos y pensamientos están afectando a los demás.

La posesión: Está muy arraigada en el ser humano. La necesidad de poseer cosas, o a las personas, está presente en cada uno marcando de forma absoluta la conducta. Ante este sentimiento sólo se puede trabajar con la entrega, el desapego y la comprensión de que en realidad nada nos pertenecen y nada poseemos, porque al final de nuestra vida cada uno se quedará sólo con lo que él es. Sobre todo mediante la entrega, porque sólo si no se pide nada, si hay entrega sin medida y sin clasificación, las cadenas del astral pueden ser rotas.

Sentimientos positivos:

Existen muchos sentimientos que son positivos, que impulsan al hombre a una comprensión superior de todo cuanto le rodea, que le sensibilizan ante el entorno y ante otras realidades que están más allá de los cinco sentidos.

El reconocimiento: Es el sentimiento a través del cual cada uno aprende a valorarse no en función de lo que tiene, sino de lo que es. Hay personas que tienen mucha confianza en sí mismas porque poseen muchos bienes materiales, pero que si los pierden se quedan sin nada, por ello el reconocimiento es un sentimiento indispensable para adquirir auténtica fuerza interna basada en uno mismo, en su interior, en lo que es, no en lo que se posee.

El valor: Sólo si cada uno aprende a enfrentarse a sí mismo y a todas las mentiras que le rodean será capaz de discernir entre lo que es real y lo irreal.

Detrás del cobarde está la frustración y la falta de reconocimiento, por ello el valor es imprescindible para conocerse a uno mismo.

La fraternidad: Es un sentimiento a través del cual se puede llegar a la auténtica comprensión de la unidad, de la red, de la relación que existe entre todo y entre todos.

Por error se suele creer que los pensamientos están formados sólo de materia mental y rara vez se tiene en cuenta que la mayor parte de los pensamientos poseen materia astral, incluso, más cantidad de astral que de mental.

La clara comprensión de la estructura y naturaleza del cuerpo astral y las posibilidades y limitaciones del mismo es esencial para comprender la vida a la que pasan los seres humanos al morir físicamente. Los diversos “infiernos”, “cielos”, y “purgatorios” en que creen los secuaces de gran número de religiones, se pueden clasificar y se hacen comprensibles tan pronto como se conoce la naturaleza del cuerpo y del mundo astrales.

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