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El misterio del hombre

Desde luego el contenido, es mi manera de interpretar el misterio del hombre y digo «mi» porque como ocurre en todo quehacer humano, hay varios ángulos desde donde se puede apreciar todo tema; precisamente partiendo desde ese punto de vista, invocando vuestra tolerancia, yo creo que el misterio del hombre no es un tema para ser abordado solamente en una humilde plancha, además del concepto filosófico, del concepto espiritual, está el concepto humano que es con el que acaso más entramos en contacto, porque a través de él, el hombre como expresión de un conjunto de factores concurrentes, que no vamos a analizar ahora y que denominamos así simplemente para poder darle un nombre, se relaciona, se comunica con otros hombres y en esta comunicación aprende y enseña algo y ese algo se llama conducta, definida en el diccionario como una «manera con que los hombres gobiernan su vida y dirigen sus acciones» y es justamente desde este ángulo que pretendo escudriñar, es decir, antes de abordar un tema tan apasionante como el misterio del hombre en toda su integridad y magnitud, es importante recordar que durante y después de nuestro paso por la columna de AA:. hemos tenido la oportunidad de escuchar estas preguntas: ¿Qué somos ?, ¿De dónde venimos ? y ¿A dónde vamos ?, ¿cuál es nuestra semejanza ?, es decir cuál es nuestra conducta, cómo dirigimos nuestras acciones; hemos aprendido realmente lo que se nos ha tratado de enseñar, entre otras cosas, somos humildes ?, no humildes por cuna, sino humildes como una virtud que consiste en el conocimiento de nuestras limitaciones reconociendo que nadie es dueño de la verdad y que cada día se aprende algo más, más aún si en todos los días de nuestra vida masónica debemos aprender algo, consideramos que nunca dejaremos de ser aprendices.

Se nos ha reiterado y/o hemos repetido que, para ser masones, la principal condición es ser «hombres libres y de buenas costumbres, hombres justos, amantes de la verdad, tolerantes, discretos, sinceros, generosos, abnegados, altruistas, humildes, bondadosos, caritativos», ya que como en la misma plancha lo dice: «quienes practiquen el error, la mentira, la injusticia, la envidia, quienes sean intolerantes, supersticiosos, hipócritas y serviles, esos no pueden ser masones» y los que sí tuvimos la gran oportunidad de ingresar a la milenaria Orden, tendremos que saber perfectamente que hemos ingresado para cultivarnos, para superarnos, no hemos ingresado a un club de barrio para departir socialmente, o como se cree que ser masón es tener la posibilidad de acogernos bajo un manto de prestigio que tapará todas nuestras inconductas y digo nuestras porque es muy sabido aquello de que «quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra». Retomando el enfoque principal, permítanme decir que lamentablemente hasta ahora hemos podido experimentar casos de hipocresía desde la más simple como el «afectuoso» saludo, así entre comillas, dentro de la logia, pero que en la calle si te vi no me acuerdo; yo se que habrá quienes replicarán indicando que no se puede reclamar un saludo, estoy de acuerdo con ellos, no se trata de un saludo, se trata de una conducta, entonces para que o porque nos llamamos hipócritamente hermanos, si no nos sentimos así… Cómo somos? hablamos de hacer el bien, lo podemos hacer ?… alabamos, felicitamos por la elaboración de una plancha, que en más de una vez es la recoplicación de otras existentes, trabajo que como esfuerzo, como obra literaria vale, pero no nos deja ninguna enseñanza, porque le falta la parte principal, el concepto propio basado en la experiencia, en el tiempo que estamos en logia. Naturalmente me refiero a las hipocresías y desde luego, no todo es eso, no todo es malo, también hay muchos casos en que HERMANOS, así con mayúsculas, nos han enseñado sin retaceos, con el ejemplo, con la conducta, con la humildad, con la tolerancia, con su claridad y concreción, ha no ser resentidos… No pretendo ofender a nadie, pretendo dar un tremendo sacudón para que la indiferencia no nos adormezca, para que la indiferencia sea desterrada, para que todos nos preguntemos: Cómo somos?… Nuestro código moral masónico dice: adora, ama, haz, sé, respeta, escucha, evita, enseña, como un presente no amarás, escucharás, respetarás, como un futuro condicional finaliza diciendo: «el día en que se generalicen estas máximas entre los hombres, la especie humana será feliz y la masonería habrá terminado su tarea y alcanzado su triunfo generador», adecuando al tema central de esta plancha digamos al finalizar: POR QUE LOS MASONES NO SOMOS LO QUE TANTO REPETIMOS SER ?, yo creo porque no somos sinceros con nosotros mismos, ésta es la lección, aprendamos a serlo, éste es el reto, si lo logramos seremos diferentes, seremos mejores.

Por: Raul Soto Siles

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