Los verdaderos enemigos no están afuera, sino adentro, en el interior de las logias, disfrazados, camuflados, personificados, reconocibles, con nombres y apellidos. Así como decimos que tal o cual persona es la encarnación de la virtud, la belleza, la bondad, la equidad, etc., así también hay personas que son encarnaciones de lo contrario, de lo negativo, de lo viciado.
He aquí una lista negra de esos indeseables enemigos:
-El MENTIROSO convencido de que dice la verdad.
-El IGNORANTE que pretende saber y en realidad no sabe.
-El PREPOTENTE con ínfulas de superioridad, sobre todo si ha alcanzado un alto grado.
-El FALSIFICADOR de documentos.
-El CALUMNIADOR que difama a otro miembro a sus espaldas.
-El PLAGIADOR de trabajos, tomados de otras personas o bajados de Internet.
-El ACOSADOR con mentiras, con ofrecimientos de grados, si está en posición tal de otorgarlo.
-El LADRON que se queda con los fondos de su logia u Orden. Lo curioso e inexplicable es que este espécimen siempre tiene cómplices y defensores.
-El BORRACHO que en su falta de control y de criterio se aprovecha del ágape para embriagarse.
-El PERJURO que no respeta ninguno de sus juramentos prestados en diferentes grados.
-El IRRESPETUSO y anarquista que no está dispuesto a acatar el orden jerárquico de la Orden y actúa individualmente a su conveniencia promocionando su imagen, pese a haberse comprometido a trabajar en equipo, por la Orden y no por satisfacer su ego.
-El APROVECHADOR que trata de obtener beneficio personal de su condición de masón, pecuniario o de influencia social y política, y que seguramente ingresó a la Masonería con esta intención.
-El INTOLERANTE que no soporta las ideas, opiniones ni comentarios contrarios a los que él detenta no obstante que la Masonería preconiza la tolerancia (principio que debe tener necesariamente un límite para que se conserve como una virtud).
-El que ve en la Masonería una especie de “CARRERA DE GRADOS ”, una escalera jerárquica al estilo profano.
-El “VIVO” que logra grados adulando o comprando grados que no tiene ni merece.
-El MOROSO que siempre se encuentra atrasado en sus cotizaciones pretendiendo que la Orden le proporcione comodidad y enseñanza.
-El que APELA a la “fraternidad”, mal entendida obviamente, para que se ayude y que después de recibir la ayuda se olvida de la “fraternidad” y se aleja de la Orden sin dar aviso ni explicaciones.
-El que hace CASO OMISO de las normas institucionales cuando le conviene.
-El que se AUSENTA de su logia cuando le da la gana y que pretende volver a ella y ser recibido en gloria y majestad, abusando de la tolerancia y fraternidad.
-El que no cumple ni con sus trabajos ni con su ASISTENCIA, y pretende igual que se le considere para un grado superior.
-El que en una actitud psicológica BIPOLAR saluda a todos con aparente afecto fraternal para criticarlos al retirarse de su logia.
El que miente en su hogar con la EXCUSA de ir a la logia y se dedica a otras actividades indecorosas.
-El que evade asumir un cargo oficial de menor cuantía aparente según su propia valoración.
-El que no cumple bien el cargo asignado y libremente aceptado.
-El IMPUNTUAL que siempre llega atrasado a la tenida, sin sus paramentos a veces, y que se retira lo antes posible con pretextos increíbles.
-El que al hacer USO DE LA PALABRA para dar su opinión sobre el tema presentado en logia, comenta cualquier otra cosa sin relación con el tema, pero que pretende que se le escuche igual.
-El político, o el politiquero más bien, cuyos comentarios en logia llevan siempre un sesgo político y que desearía que la Masonería se involucrara un poco más, o bastante más, en la política contingente del país, que, por supuesto, no es el objetivo fundamental de la verdadera Masonería.
-El ALÉRGICO a la Biblia, el Libro de la Ley o Libro Sagrado, y que desearía verla reemplazada por la Constitución política del país, convirtiendo a la logia en un taller social, intelectual y político. Y NO LA VE COMO SÍMBOLO MORAL. DEJANDO SU INTERPRETACIÓN AL FUERO INTIMO DE LA PERSONA.
En conclusión, los verdaderos enemigos de la Masonería están en la propia mente y personalidad de algunos de sus miembros adherentes. Estos elementos viciosos destruyen logias y ordenes. Ahora a propósito de la expresión, el profano con mandil, es en quien la iniciación no surtió ningún efecto; es en quien no se produjo un cambio de consciencia de lo inferior a lo superior, de lo profano a lo propiamente iniciático; es quien la transmutación alquímica de los “metales” fue un rotundo fracaso.
Es la cruel lucha que debe enfrentar cada masón en el día a día para superarse a si mismo y ser ejemplo de virtud y correción. Enfrentar sus propios demonios y no caer en ninguna de esas calificaciones.
QQHH, cuanta razón tienes en enunciar cada uno de los tormentos que nos aqueja a todos nosotros, colo seres humanos y como hijos de Dios, creo que lo más importante para el Masón es 1ro. Reconocer sus demonios internos y luego con las herramientas que es de su conocimiento labre su templo interior día a día, con esfuerzo y dedicación. Por si acaso el termino Masón con Mandil, refiere al hecho de que «no todos los que estan son los que deben estar, ni todos los que deben estar son los que están…»…, un TAF…