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El simbolismo de la letra G

Eugenio Filaleteo, en la descripción de la montaña celeste, dice que en su interior, en el centro rodeado de tinieblas,

“… se halla una lámpara encendida que es imagen del fuego secreto que Dios ha puesto en el centro de los elementos; lámpara que está protegida por el ángel o genio del lugar que sostiene en una mano una espada para alejar a los necios y a los indignos, y en la otra mano un ovillo de hilo para guiar a los humildes.”

En definitiva se trata de la letra G inscrita en la Estrella Flamí­gera, a cuyo estudio y conocimiento se aplicará el Compañero.

Existe cierta semejanza entre la G y el número 6, relacionado con el sexto día de la Creación en el que aparece el Hombre; el 6 vincula­do al Árbol de la Vida es Tifereth, la Belleza, ocupando el centro del Árbol y simbólicamente el Jardín del Edén y el centro de la Crea­ción; finalmente, en el Tarot corresponde a la carta denominada El Enamorado, relacionada con la libertad y la necesidad de elegir.

La letra G es inicial y símbolo del G.·. A.·. D.·. U.·. de Generación, Geometría, Génesis, Genio, y Gnosis, términos todos ellos vinculados a las ideas de divinidad, generación, nacimiento y co­nocimiento. Si el G.·. A.·. D.·. U.·. simboliza el Principio Constructor del Universo, la Geometría es la ciencia de las medidas, formas y proporciones de que Aquel se sirve para realizar su Obra: el Uni­verso y el Hombre, en los que se resume la Creación. Siendo la es­trella de cinco puntas símbolo del Hombre, la G inscrita en su cen­tro lo es del Hombre Primordial, Adán arquetípico creado en espíritu, pura luz y conocimiento, que por transgredir la norma que precisamente aseguraba su libertad y su dominio sobre la Creación, es encerrado en la prisión del cuerpo y sometido a la os­curidad y el olvido. Transgresión que no fue sino un mal uso de la libertad de elección, y sobre la que se nos alerta con la simbólica marcha del compañero.

El hombre en su ciega temeridad tiende a apartarse de lo que debe hacer para intentar lo que quiere hacer; al iniciado se le ense­ña que aun cuando esto es inevitable existe la posibilidad de vol­ver al camino recto, y que es gracias al aprendizaje en el manejo de la Regla que es posible rectificar nuestra dirección, pues la Regla se corresponde con la G en cuanto Ley moral que traza la dirección de la conducta.

La letra G simboliza, en definitiva, lo que de divino hay en el ser humano, el Genio, principio de vida individualizado, imagen del G.·. A.·. D.·. U.·. guía que nos ha de conducir a la Gnosis, el co­nocimiento del corazón, intuitivo, directo, transcendente y libera­dor, restaurándonos en las prerrogativas del estado edénico que por derecho nos pertenece.

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