El carácter de la Tres Luces: Sabiduría, Fuerza y Belleza, no son meras cualidades intelectuales o físicas, fácilmente obtenibles en el mundo profano; la Belleza se trata aquí de un orden manifiesto en todo, de la relación armónica con que el Gran Arquitecto del Universo hace visible su creación, se trata de un estado de conciencia en que se percibe la verdadera bondad del Creador en cada acto.
La Fuerza representa a la voluntad de quien asume con responsabilidad y conciencia el destino de su vida.
Y la Sabiduría no puede limitarse aquí al conocimiento, ya que el saber no aplicado es un saber estéril. La Sabiduría es una virtud que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan discernimiento de la Verdad.
El inicio de los trabajos nos invita así a encender la luz dentro de nuestro propio templo, luz que ilumine nuestros pensamientos y que nos permita ver aquello que nuestros vicios y egoísmo constantemente oscurece.
Dirijamos nuestra voluntad y Fuerza con Sabiduría para que nuestros pensamientos y actos sean imagen viva de la Verdad y la Belleza.