El compás es una herramienta con la cual trazamos la circunferencia o círculo, arcos, tomamos distancia.
Se le considera la imágen del cielo y de lo celeste. Es por ello, que se le asocia con la luz de la maestría y como el símbolo de la perfección. Solo con ayuda del compás es posible trazar la más perfecta de las figuras geométricas, aquella que no posee lados o, si se quiere ver de otro modo, aquella que posee infinitos lados. Estamos hablando de la circunferencia que da lugar al círculo.
El circulo representa lo divino, la perfección de perfecciones.
El compás representa lo más perfecto, lo infinito, el Creador. Tómalo siempre con prudencia, con el mayor de los respetos y nunca antes de haber entendido y trabajado las demás herramientas que se te han proporcionado, mira al compás con el máximo de los respetos porque cuando lo miras estás mirando la herramienta del Creador.
Nos traza los límites de nuestros derechos y deberes, respecto a los demás. El estudio del compás, nos enseña entre otras lecciones, que todos los puntos son iguales. En la circunferencia no hay un punto que destaque sobre los demás, todos forman la circunferencia, todos son necesarios y ninguno puede ser excluido o ya no tendremos una circunferencia. Aplica eso a los ciudadanos que te rodean, que todos sean iguales para ti, ninguno superior o inferior a los demás. Todos son necesarios para que la sociedad avance: tan importante es el ingeniero que ha diseñado algo como el obrero que siguiendo sus instrucciones lo construye. Uno no puede trabajar sin el otro. Todo está interrelacionado.
El compás nos estimula a navegar hacia el horizonte, en donde cada virtud tiene su propio compás de espera.
S.».F.».U.».