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EL SANTO REAL ARCO DE JERUSALEM Y LA SOCIEDAD

Jose M Kushner

El Muy Excelente Zorobabel me ha honrado con su invitación para preparar y disertar sobre el tema del Santo Real Arco de Jerusalén y la Sociedad.

Prefiero sin embargo hablar de la Masonería  en la Sociedad ya que me es difícil calificar diferencias sustanciales entre los ritos masónicos y el efecto que puedan tener  en las sociedades que conforman su entorno.

Es cierto sin embargo  el hecho de que el ritual del Santo Real Arco de Jerusalén tiene una profunda espiritualidad, lo que pudiera alentar a sus miembros a captar con mayor profundidad la parte esencial de la mente y el alma y en consecuencia hace a sus miembros más tolerantes y benignos en los entornos que rodean la vida profana y asimismo el hecho de que el Real Arco exalta solamente a Past Venerables  Maestros y a Maestros Masones con cierta antigüedad, podríamos decir que sus miembros están mejor preparados para practicar los principios masónicos en el entorno social en el que viven.

Salvando esa sutil diferencia, quisiera empezar diciendo que la Masonería exige de sus miembros el estricto respeto a las Leyes del País en el cada masón vive y trabaja. Los principios masónicos no pueden entrar en conflicto con los deberes que como ciudadanos tienen los masones, sino más bien tienden a reforzarlos en el cumplimiento de sus responsabilidades públicas y privadas.

A la inversa de las ideologías que pretenden reformar la sociedad, la Masonería induce a sus miembros a reformarse a sí mismos, en el convencimiento de que el progreso individual contribuirá a la mejora ulterior de la sociedad.

La Masonería inhibe a sus miembros tratar en Logia ó Convocación temas relacionados con la política y la religión. Cada Masón tiene sus creencias y opiniones propias en materia de política y religión, como también en cualquier otro orden de la vida, opiniones y creencias que son respetadas por la Masonería y por los demás masones.

El apretado resumen de lo mencionado hasta aquí podrían ser los buenos deseos que los masones deseamos sembrar en la opinión pública con respecto a los principios y al rol de la masonería. Sin embargo, creo que la pregunta es de doble vía, es decir, ¿qué piensa la sociedad de la masonería y que es lo que la masonería puede o debe hacer por la sociedad en la que se desenvuelve?

Para este propósito, he utilizado algunos análisis y sugerencias de una encuesta y posterior seminario que hace aproximadamente  treinta años se llevó a cabo en nuestro Valle  con relación al rito, a la doctrina y filosofía, al campo administrativo y finalmente al campo profano.

Lo interesante de la encuesta fue observar que una abrumadora mayoría de los HH:. se manifestó por discutir más a fondo el rol del masón en la sociedad, pregunta que sin lugar a dudas continuamos haciéndonos actualmente.

Voy a intentar resumir, porque lo considero pertinente, apropiado y oportuno, el análisis y las conclusiones del mencionado seminario, aportando algunos conceptos personales.

Se propuso dos alternativas. La primera, realizar una investigación histórica, sociológica, filosófica, cultural y doctrinal de nuestra Orden, estudiando las diferentes fases, transformaciones y evoluciones que han sufrido, tanto la Masonería como las sociedades. Y la segunda, analizar sólo aquellos aspectos que aparentan tener mayor relación con el concepto actual que tienen las sociedades sobre nuestra Orden.

Aparentemente ambas alternativas son complementarias ó conducen a la misma meta, entendiéndose como meta obtener una idea clara de la visión que tiene el mundo profano sobre nuestra institución y las medidas que podrían ser tomadas para mejorar esa imagen y contribuir de una manera positiva al desarrollo de una sociedad mas  justa.

Por razones metodológicas y pragmáticas el seminario  optó por desarrollar la segunda alternativa.

¿Como ve el hombre común a la masonería?  Se asume que unos con desconfianza, temor o indiferencia, otros con ignorancia, otros con simpatía y respeto y un menor porcentaje con odio, envidia o desprecio ó simplemente como una institución que no sirve para gran cosa.

Por conocimiento parcial de la materia se expone a la masonería a una mala propaganda y quién ha perdido siempre ha sido la institución y la imagen del masón. Generalmente la masonería pocas veces ha respondido como debería ser: presentando objetivamente la función que desempeña y adoptando una actitud menos pasiva, menos tímida y más abierta hacia el mundo profano.

Los llamados mitos parecen tener una notoria influencia sobre la opinión de la gente hacia nuestra institución. Uno de los mayores es que la masonería es una sociedad secreta y que sus miembros no declaran su condición de tal. Este concepto se lo utiliza fuera de contexto ya que si bien la masonería no prohíbe que sus miembros declaren ser miembros de la Orden, por otro lado cada masón es libre de mencionar su membrecía, como lo es libre de declarar cualquier otra membrecía. Existen más de cien mil libros escritos sobre la masonería y con la cibernética la información se multiplica por cientos de miles mas veces.

Otro mito es que la masonería es una sociedad con secretos. Loa masones sabemos que nuestros secretos son simbólicos y tienen su origen histórico en las especialidades y las diferentes épocas de la  masonería operativa.

Los masones se prestan entre ellos favores especiales es otro mito difundido y es obvio decirlo que no es mas de los que prestan unos hermanos con otros.

Un mito difundido es que los masones tienen prácticas religiosas asociadas con el ocultismo y ritos satánicos. En masonería se rinde tributo directamente a Dios que genéricamente lo denominamos Gran Arquitecto del Universo ó Altísimo.

Los cuatro mitos mencionados y varios otros lanzan un velo de misterio sobre el mundo masónico, generando especulación ó desconfianza.

Es poco lo que se ha publicado  en nuestro Oriente y Valle para ponderar y resaltar la labor de la Orden en el mundo profano y  en particular la benéfica influencia para cada uno de sus miembros. La asistencia a Tenidas es una velada de relajamiento donde encontramos  paz y  armonía, tan necesarios para encontrar equilibrio con el mundo profano.

Unos entran a masonería por afinidad con algo ó con alguien, otros por curiosidad y también quienes por ser parte de lo que creen que es una élite de personas superiores ó por una manera de mejorar sus contactos personales ó comerciales. Una mayoría se queda en la Orden y otros se marginan. La masonería deja a sus miembros en la más absoluta libertad  de decisión.

En otros Orientes, por mencionar algunos:  Inglaterra y Estados Unidos la Orden masónica es muy respetada, abierta y conocida por su labor social en la Comunidad. Los masones participan en desfiles cívicos, actividades culturales, campañas de beneficencia, mantenimiento de hospitales  y otros. Los templos son abiertos al público y los emblemas masónicos demuestran el deseo de exteriorizar el orgullo que sienten los masones de pertenecer a la Orden.  La participación de ilustres masones es  de conocimiento público así por ejemplo en Estados Unidos Washington, Franklin, Roosevelt, Truman, Ford, Eisenhower, Martin Luther King y otros.

La sociedad boliviana desconoce que también ilustres masones participaron en la independencia y presidencias el País, así, Pedro Domingo Murillo, Jaime Zudañez, Simón Bolívar, Antonio Jose de Sucre, Andrés de Santa Cruz,  Casimiro Olañeta, Jose Mariano Serano, Aniceto Padilla, Jose MIguel Lanza, Jose Ballivian, Agustín Aspiazu, Jose Maria Linares, Tomas Frías y más recientemente René Barrientos Ortuño, Victor Paz Estenssoro y otros.

La mencionada encuesta y posterior seminario de 1993 y 1995 deducía que la masonería del Valle y del Oriente Boliviano estaba adormecida sin llegar a definir y encarar su rol y función institucional en el marco de la sociedad en que se desenvuelve.  Que nos sentimos una elite de hombres libres y de buenas costumbres capaces de cambiar el mundo, pero que en la práctica nuestra influencia en la sociedad  es muy débil.

Como conclusiones, el mencionado seminario elaboró las siguientes sugerencias:

*Desarrollar una política más dinámica para atraer personas calificadas y fortalecer    columnas.

*Desarrollar institucionalmente un programa de conferencias públicas

*Iniciar mecanismos de estudio y evaluación para adoptar posiciones en bien de la Comunidad. 

*Programar seminarios sobre el rol de la Masonería y la mujer, la Masonería y la religión, la Masonería en el siglo XXI.

*Organizar un museo masónico de acceso público.

*Relaciones internacionales  con otros Orientes y Valles.

Yo debo añadir que si bien algunas de las anteriores sugerencias podrían programarse progresivamente sin embargo pienso que es mucho más importante que cada masón represente a la Orden como embajador ante la sociedad actuando y viviendo los principios de libertad y buenas costumbres, de tolerancia, de amor por el prójimo, de ejemplo de honestidad y patriotismo, entonces nuestra Orden estaría cumpliendo largamente su propósito de capacitar personas en sus templos y liberarlos a la sociedad.

PPZ Jose M Kushner Lopez

Septiembre 2012

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Arco Real de Jerusalén

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