La colocación de las últimas piedras que sobresalen de la parte superior de las paredes de una obra de albañilería, ya sea un edificio o cualquier otra construcción arquitectónica, se llama entablamento; por lo tanto, también se llama cornisa, arquitrabe y friso, que están justo encima de las columnas.
En lenguaje masónico, entablamento significa el «enriquecimiento» intelectual que el masón obtiene en cursos especializados sobre el Arte Real.
Cada uno de los masones construye su propio «hogar», “morada” (templo), al igual que el pájaro «Juan de arcilla», parte por parte, con extrema paciencia y constancia, hasta la última pieza que lleva en su pico.
El masón habla mucho sobre cimientos, piedra bruta, rugosa o pulida, pero olvida el «acabado».
El trabajo solo se completa cuando la construcción está lista, sólida y hermosa; Esta construcción tiene su parte intelectual, que constituye un sólido compendio de conocimiento.
Para adquirir este conocimiento, es necesario llevar a cabo investigaciones, memorizaciones y trabajos de práctica, hasta que se acumulen todos los módulos existentes.
Sin la instrucción adecuada, el masón en su escuela (la suma del conocimiento de los tres grados simbólicos) no podrá progresar sin el examen final, lo que le permitirá recibir la «licencia», es decir, el documento de respaldo que le permitirá ser miembro del Arte Real.
Breviário Maçônico / Rizzardo da Camino, – 6. Ed. – São Paulo. Madras, 2014, p. 137.