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SOLIDARIDAD vs CARNAVAL

Pienso luego existo 

SOLIDARIDAD vs CARNAVAL 

AUTOR: SAFO

La solidaridad es uno de los valores humanos por excelencia, que se define como la colaboración mutua en la personas; como aquel sentimiento que mantiene a las personas unidas en todo momento, sobre todo cuando se vivencian experiencias difíciles. Y ¿cómo podemos definir sin herir susceptibilidades al ―carnaval‖? Pues en mi modesta opinión simplemente se trata de una fiesta prolongada más allá de lo prudente, donde se da rienda suelta a las ansias de diversión, baile, comida y bebida y por supuesto todos los antivalores que con estas exageraciones se originan. 

El problema no es criticar al carnaval como fiesta, sino a las exageraciones que en su nombre se cometen y de la cual no están exentos casi ningún grupo etáreo de nuestra sociedad, pues con el falso justificativo de rescatar costumbres del pasado o de defender el folklore, se ha llegado al extremo de reemplazar la materia de educación física en los colegios, por horas de entrenamientos de baile, incluyendo los respectivos trajes de rigor que son un estupendo negocio para los costureros, principalmente en La Paz, Oruro y Cochabamba y varios otros mercados de diferentes ciudades, que ya no disponen de simples tiendas pequeñas o artesanales, sino verdaderos complejos de costureros que se ocultan bajo el pseudónimo de ―artesanos o gremialistas‖, no pagan casi nada de impuestos, extorsionan a los jóvenes con ―prendas en calidad de garantía‖ y son propietarios de grandes edificios a vista y pleno conocimiento de las autoridades. 

Cuando el país está sumido en graves problemas de inundaciones, destrucción de viviendas, cultivos, y hasta vidas humanas; el resto del país, autoridades y funcionarios municipales incluidos, festeja, bebe y baila sin parar ni un segundo. ¿Dónde está la solidaridad? ¿Es solo un sentimiento para hacer piadosas declaraciones de ―desastre nacional‖ o de alerta amarilla o naranja? 

Y si a lo anterior le sumamos los lamentablemente normales casos de accidentes fortuitos o provocados, como parece ser lo de las explosiones en Oruro, la caída de una pasarela hacen unos años, los choques y vuelcos de vehículos de los ―mal denominados vehículos de servicio público‖, y las incontables peleas de personas en estado de ebriedad de todas las clases sociales. ¿Donde está el ejemplo para los menores de edad que por lo que se ve en las imágenes de televisión en las entradas, ahora forman parte activa y permanente de las mismas, aprendiendo por supuesto del comportamiento de los mayores más fácilmente todos los malos ejemplos. 

Los bailes folklóricos son parte del cotidiano vivir en todas partes, colegios, universidades, barrios, iglesias y todo grupo social que ha tomado como lucha propia el bailar por lo que sea y cuando sea, con el consiguiente malgasto de dinero, tiempo y a veces la propia salud. ¿No será hora de ver con otros ojos los feriados carnavaleros para hacerlos más productivos para la sociedad? Al margen obviamente de los vendedores ambulantes, de los fabricantes de licores, de los músicos y de los dueños de locales que hacen de estas fiestas un verdadero ―carnaval. 

Pero el fondo de esta crítica radica en la falta absoluta de solidaridad y hasta de sensibilidad por parte de los actuantes en estas fiestas. ya no es sorpresa escuchar a los funcionarios decir que todo trámite sera hecho después de los carnavales, y hasta se ha escuchado declaraciones dirigenciales que indicaban claramente que era imposible sustender la fiesta, o la entrada o el baile, pues este pa se programo con anticipación.

Realmente ―La Caverna‖ de Platón o la ―Divina Comedia‖ de Dante no exageraron en nada en su tiempo, los extremos de la inconsecuente mentalidad humana y lo peor es que ni los avances de la tecnología y la ciencia han cambiado en nada esos pareceres, actuaciones y por el contrario parecen incrementarlos en su necedad de hacerlo pese a lo que pese y pase lo que pase. 

¿De que servirá hacer donaciones o colectas de fondos de boca para afuera, para supuestamente paliar lasdificultades y daños ocasionados, cuando no se hace nada para poner soluciones de fondo a estos problemas? La solidaridad es ser parte de los demás, tratar no solo de entender los problemas de los desvalidos sino formar parte de sus soluciones, que deben ser previas y no posteriores al daño causado. Los cultivos perdidos, las casas destruidas, los caminos dañados y hasta los damnificados ―profesionales o habituales‖ que aprovechan en renovar sus menajes de cocina y cama y hasta ropa cada año, no pueden ser parte de una realidad permitida y repetida año tras año. La sociedad debe avanzar en solucionar estos problemas con el empleo inteligente de las opciones que la técnica actual ofrece y utilizar recursos económicos eficazmente no para paliar daños, sino para evitar que estos accidentes naturales sucedan y evitar definitivamente los accidentes humanos causados por el derroche, la ebriedad y la falta de decoro y moralidad. 

Creo que es hora de ser falsos piadosos de ayuda humanitaria y poner lo mejor de nuestra inteligencia y capacidad tecnológica humana en dar soluciones de fondo y definitivas. En esto obviamente juegan un papel importante las autoridades nacionales y locales que conocen los lugares de riesgo y no hacen nada por evitarlos o preverlos y no simplemente lamentarlos con públicas campañas de ―solidaridad‖, tardías y que no restablecen jamás la totalidad de los daños sufridos. 

Ajeno a todo este análisis se encuentran las vidas humanas perdidas, ya que simplemente una vida no se reemplaza ni soluciona con ningún acto de solidaridad. 

“En lugar de dar las llaves de la ciudad a los políticos, sería mejor cambiar la cerradura»

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