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NEUROTEOLOGIA

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NEUROTEOLOGIA 

¿Es posible la Teología Natural hoy? La respuesta más breve y directa es que es posible, pero no es nada frecuente. Hay metafísicos que se dedican a indagar la existencia y atributos de Dios, es decir, a la Teodicea, pero como parece que la metafísica está venida a menos, son relativamente pocos los que se dedican a ella. 

Esto no quiere decir que los filósofos no estén interesados o no tengan en cuenta el tema de Dios; todo lo contrario, es una constante en la historia del pensamiento. 

Las preguntas: ¿de dónde ha salido todo?, ¿que ha habido antes del Big Bang?, ¿de dónde he venido y a donde voy? Reclaman una respuesta de carácter absoluto que incide natural y vitalmente en cada ser humano. Estas preguntas siempre han estado y están allí, y de alguna forma cada uno intenta responderlas. Son inevitables. Aunque nos distraigamos toda la vida con otros temas y olvidemos el Ser, en los momentos supremos, resurgen de modo natural. Algunos buscan las respuestas en la religión, otros más preparados en la teología, nosotros en la filosofía ya sea metafísicamente a través de la Teodicea o existencialmente desde la Antropología Filosófica. 

Lo llamativo es que ahora parece surgir una nueva vía sobre los temas de Dios y la religión que proviene del ámbito de la Ciencia. Se trata de la Neuroteología. ¿Cómo es posible? 

Nuestra cultura actual es tecno científica y nos resulta connatural buscar respuestas en la Ciencia. Hoy día lo ordinario es explicar lo que nos rodea desde las distintas regiones científicas. No solo nos educan en ese sentido en el colegio y la universidad, sino que casi todo está impregnado de explicaciones científicas: en los medios de comunicación, en las distintas profesiones hasta en nuestras formas de ocio (juegos de ciencia y simuladores electrónicos). Lo raro es encontrar respuestas filosóficas. 

Lo peor de esta situación, de esta apelación a la Ciencia como única fuente de respuestas es que se la acepta aun sin comprenderla, y por supuesto, sin verificarla. Las afirmaciones científicas son admitidas como artículos de fe porque muy pocos comprenden de que se está hablando, en qué consiste la teoría cuántica. Por ello, es difícil comprender los errores epistemológicos contenidos, por ejemplo, en la explicación de los multiversos cuando se pretende traspasar el ámbito de una formulación físico matemática a la realidad. 

Esa fe se nota sobre todo cuando alguno, al no encontrar la respuesta adecuada a un fenómeno argumenta que tal vez la ciencia todavía no pueda explicarlo todo, pero llegará un momento en el que resolverá los grandes enigmas naturales y sobrenaturales

Con respecto al tema de Dios y lo sobrenatural podemos encontrar planteamientos interesantes que no siguen la clásica explicación metafísica. En su lugar, el razonamiento tiene lugar en un terreno a veces mixto entre física teórica y filosofía (principio antropico, diseño inteligente, entre otros). Pero aquí también hay que hilar fino porque las argumentaciones pueden dar resultados antagónicos y ni se hace ciencia, ni se hace filosofía; y no dejan de ser argumentos de conveniencia. La pregunta inicial: ¿Es posible la Teología Natural hoy? la cambiaria por ¿Es la Neuroteologia la Teología Natural de hoy? 

Para algunos neuroteólogos, la ciencia -sobre todo mediante la teoría cuántica – por fin está consiguiendo naturalizar lo sobrenatural de tal forma que con su método puede dar explicaciones racionales a aquello que se le había escapado a lo largo de la historia y era terreno de los filósofos e incluso teólogos. Parece, pues, pertinente preguntar si la neuroteología hoy día es realmente una nueva forma de teología natural. 

¿Qué es la neuroteología? La neuroteologia es un concepto amplio que describe el área que estudia la intersección entre el cerebro y la teología, y más ampliamente entre mente y espiritualidad (Newberg, 2010). En neuroteología, el termino teologíano debe entenderse como el estudio de Dios desde la perspectiva de la fe, tampoco como una clásica teología natural o teodicea. Aquí al término teología se le da un sentido amplio que incluye conceptos como Dios, religión, espiritualidad, transcendencia, mística, entre otros. Algunos autores como Andrew Newberg no se sienten a gusto con el nombre de Neuroteología pero es lo que más se aproxima a esta forma de estudio interdisciplinar. 

F. Mora habla de neurofilosofía, neuroética, neuroarte,neurosociología, neuroeconomía. Finalmente, hay diversas maneras de hacer neuroteología, hay algunos que intentan demostrar que Dios es un producto mental, pero otros no pretenden demostrar la existencia o inexistencia de Dios, sino que se interesan por el fenómeno espiritual que hace referencia a las formas universales de religiosidad y su relación con el cerebro, entre las que se puede incluir El Ser Supremo, Dios o los dioses. En resumidas cuentas se trata de una aproximación científica al fenómeno de lo espiritual en el ser humano. 

Es propicio agregar que cientistas, como Dana Zohar e IanWillams entre otros, han descubierto similar comportamiento en el cerebro, neuronas que perciben y almacenan informaciones extrasensoriales capaces de expresar elevados grados de consciencia y de gran sentido espiritual, lo que han dado por llamar: Inteligencia Espiritual. 

El punto de partida es una sintética revisión histórica en el que muestra que el fenómeno religioso es universal y se remonta a las más antiguas civilizaciones. Así, se pone de manifiesto que las relaciones entre la mente y los niveles superiores de la realidad (espiritualidad) son una tendencia común en los seres humanos. Estos niveles superiores son polimórficos. Newberg advierte que hay una variedad de conceptos filosóficos y teológicos referidos al universo y a Dios que encajan con otra gran cantidad de procesos cerebrales. Es decir, se puede detectar de forma directa como conceptos elaborados a lo largo de la historia conectan con nuestro actual conocimiento del cerebro. Pero esta posibilidad de relacionar los conceptos teológicos con los procesos de la mente y del cerebro no significa bajo ningún punto de vista que tengan que ser reducidos a la química del cerebro. Más bien ofrecen una nueva perspectiva de análisis antropológico, y lo que es más, aportan un importante método para futuras evaluaciones acerca de las verdaderas bases de estos conceptos. Esto es lo que no queda muy claro, ¿Cuál es exactamente el criterio de verdad? ¿Se admite que los conceptos religiosos o espirituales encuentran un correlato con el funcionamiento neurológico y por ello serian verdaderos?; ¿O que lo neurológico está respaldado por la espiritualidad como un descubrimiento llevado a cabo por antiguas religiones hace miles de años atrás? Los antiguos escritos hindúes recogidos en los Upanishads muestran que algo en nosotros, particularmente en nuestra cabeza, nos permite explorar y experimentar el universo por medio de procesos cognitivos y sensoriales, y también descubrir un sentido de la espiritualidad. 

Los escritos budistas e hinduistas han indagado la mente humana y su psicología se ha centrado en la consciencia humana del Yo, en el apego emocional que uno tiene hacia ese Yo, y en como la consciencia puede alterarse mediante diversas prácticas espirituales como la meditación. 

Hasta aquí se podría pensar que estamos ante un análisis de la antropología cultural y de la historia de las religiones, sin embargo, con la neuroteología se daría un paso más. Se puede encontrar cierto vínculo entre algunos elementos primordiales del budismo y la neurociencia. Por ejemplo: los cuatro sellos de la creencia: 

1)Dukka (referida al sufrimiento), tiene relación con el papel del sufrimiento en la depresión y el estrés, temas centrales de la actual investigación psiquiátrica. De hecho hay estudios científicos donde se pueden detectar las áreas cerebrales afectadas por el estrés.
2)Anatta (la negación del Yo y su unión con el universo donde todo está interconectado), aquí tal vez pueda haber un correlato fisiológico con alguna área cerebral o del cuerpo que contribuya al sentido del ―Yo‖. 3)Annicca (referida a la impermanencia de las cosas: solo el cambio es permanente), se relaciona con localizaciones de estructuras cerebrales que mantienen nuestro sentido del cambio y de lo permanente. Y sobre todo se relaciona con los cambios cerebrales a través del proceso denominado neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de automodificar su estructura y funciones bajo determinadas circunstancias.
4)Nirvana (la liberación del sufrimiento mediante el desapego del Yo y el desapego al falso sentido del Yo que tiene la Naturaleza y Libertad). 

Los trabajos de Eugene d’Aquili (1941-1998) y James Ashbrook (1925-1999) se pueden considerar pioneros en el campo de la Neuroteología. Ellos comenzaron a explorar estos temas en la década del 70 y 80. Luego se sumaron otros investigadores dando lugar a un nuevo campo emergente en el área de las neurociencias. Se puede mencionar a: James Austin, Rhawn Joseph, Mario Beauregard, Patrick McNamara, Gregory Peterson y el propio Andrew B. Newberg (1999). 

La idea inicial consistió en evaluar los conocimientos y métodos de la neurociencia y ver de qué modo podían ocuparse de las experiencias y conceptos espirituales y religiosos. Por ejemplo, d’Aquili, Laughlin y McManus se centraron en los rituales humanos y sus efectos en la mente y cuerpo, y como esos rituales están profundamente ligados a las experiencias religiosas (Cfr. d’Aquili&Laughlin, 1975: 32- 58; d’Aquili, E.G. et al., 1979). También se han estudiado las bases fisiológicas de prácticas específicas como la meditación y la oración. 

Para fundamentar los principios de la neuroteología, Newberg analiza previamente las relaciones entre ciencia y religión según las propuestas de Ian Barbour (Barbour, 1990); y a continuación esclarece las principales metas hacia las que se dirige la neuroteología, es decir, porqué es conveniente desarrollar la neuroteología. 

Newberg señala que la síntesis neuroteológica en la que interactúan ciencia y religión probablemente sea la mejor forma de unir las dimensiones biológica y espiritual del ser humano. La neuroteología puede abrir numerosas perspectivas y tal vez sus métodos en algún caso no sean los más apropiados, pero aun así debería estar abierta a las diferentes aproximaciones como la religiosa o espiritual, cultural o científica. La neuroteología debería estar preparada para sacar buen partido de los avances en campos científicos como las imágenes funcionales del cerebro, la neurociencia cognitiva, la psicología y la genética; al mismo tiempo, los cultivadores de la neuroteología también tendrían que profundizar en los diversos ámbitos de la teología (Newberg, 2010). 

¿Por qué es conveniente desarrollar la neuroteología? El afán de consolidar la Neuroteología como una disciplina de carácter académico plantea sus fundamentos con vista a cuatro metas: a) mejorar nuestra comprensión de la mente y cerebro humano; b) mejorar nuestra comprensión de la religión y la teología; c) mejorar la condición humana, particularmente en el contexto de la salud y el bienestar; d) mejorar la condición humana, particularmente en el contexto de la religión y la espiritualidad. 

a) La primera meta todavía no está lograda, ni mucho menos. Quienes trabajan con la intención de mejorar la comprensión de la mente y cerebro humanos son conscientes de las dificultades, sobre todo metodológicas, de la investigación en neuroteología. 

Una de esas limitaciones tiene que ver con las técnicas utilizadas en la neurociencia cognitiva para medir los fenómenos no biológicos. Aunque el desarrollo de las técnicas neurocientíficas ha avanzado mucho, los fenómenos religiosos, espirituales, místicos y teológicos son notoriamente difíciles de evaluar desde cualquier perspectiva científica. Determinar qué sujeto de estudio, qué medir biológicamente, cómo medir lo fenomenológico o subjetivo, o cuándo llevar a cabo las mediciones son problemas esenciales para cualquier investigación neuroteológica con fundamento empírico. Para afrontar este tipo de estudios de manera que ofrezcan resultados útiles hace falta un mayor avance e incluso volver a revisar la metodología de la neurociencia cognitiva a fin de obtener una mejor comprensión global del cerebro humano. La cosa no queda ahí, además de ayudar a mejorar los métodos de la neurociencia cognitiva, la investigación neuroteológica también proveería nuevas perspectivas respecto a la mente humana en sí misma. Esto se refiere a nuevos estudios de exploración del rango de procesos mentales humanos incluyendo los relacionados con la moral, el amor, la honestidad, y comportamientos complejos. Un estudio más exacto de una de las dimensiones más importantes y generalizadas del ser humano, como la religiosa- espiritual, debería aumentar significativamente nuestra comprensión de la persona humana. La religión y la espiritualidad han tenido y continuaran teniendo un tremendo impacto en los procesos conductuales, emocionales y cognitivos de los individuos. Los ritos religiosos son comportamientos altamente complejos y afectan al cerebro en múltiples niveles sensoriales, cognitivos y emocionales. 

De igual manera, el análisis teológico requiere elementos del conocimiento humano muy diferentes. Los argumentos causales, teleológicos y epistemológicos desafían la mente a cada paso, y comprender esas relaciones puede ayudar a entender mejor como trabaja el cerebro humano (Newberg, 2010).

b) La segunda meta es muy curiosa, Newberg habla de una mejor comprensión de la religión y la teología. .En qué sentido lo dice? Porque aquí confluyen distintos tipos de religiones y distintos tipos de teologías. 

Uno se puede preguntar si la teología puede ganar algo a través de una interacción con la neurociencia. El mismo comenta que hay correlatos de la neurofisiología con algunas ideas teológicas y sus implicaciones desde un (El ajuste fino de la naturaleza. Replanteamientos contemporáneos de la teología natural) panorama amplio que va desde los Upanishadshasta Tomas de Aquino y los teólogos actuales. Si verdaderamente esto ofrecería una nueva perspectiva a la teología en sí misma. 

Volviendo a esta meta, no era pensar que una aproximación teológica desde la neurociencia produzca resquemores ya que todo apunta a un complejo sincretismo religioso que desde luego se aleja del concepto de teología de la cultura occidental y mucho mas de la teodicea metafísica. 

De momento, con respecto a esta meta, Newberg advierte que…la preocupación no consiste tanto en que la comprensión de la religión y la teología puedan incrementarse, sino que sea sustituida por una versión deductiva, impersonal y no espiritual utilizando la ciencia. (Newberg, 2010). 

Añade que muchas de las interpretaciones con relación al alma humana resultan opuestas a algunas formulaciones teológicas y religiosas más tradicionales. 

E insiste en que de todos modos, los neuroteólogos admiten que estas preocupaciones deben mantenerse a lo largo de cualquier programa de investigación neuroteológico, ya que un intento de reducir a priori la religión y la espiritualidad a la ciencia podría ser algo sesgado y erróneo y, a la postre, no conduciría a resultados favorables. Es un aspecto que se debe controlar. 

Más viables parecen ser las otras dos metas que se refieren a las mejoras de las condiciones de vida humana en el contexto de la salud y el bienestar, ya que este es un campo propio de las ciencias experimentales. Pero aquí en concreto se trata de las mejoras desde la óptica de la neuroteología.

c) En este sentido, los neuroteólogos admiten contar con estudios sólidos que revelan como la religión puede contribuir a mejorar la salud física reduciendo el estrés, ayudando en el modo de enfrentarlo y, a través de intervenciones medicas, mejorar la salud general de la población. Esto, en efecto, la psicología ya ha podido comprobar en innumerables ocasiones. Hay técnicas específicas como la meditación o la oración que pueden mejorar una variedad de procesos físicos incluidos los relacionados con el sistema cardiovascular, digestivo e inmunológico. Dicen que la investigación neuroteológica puede identificar consecuencias negativas potenciales de creencias religiosas y espirituales. 

Algunas de esas investigaciones pueden evaluar actitudes de tradiciones específicas respecto a cómo evitar intervenciones médicas, mientras otros estudios pueden revelar como algunos individuos desarrollan visiones negativas de la religión o de Dios que pueden conducir a luchas personales, ansiedad y también se admite que, actualmente, no hay mucho factores que conducen desarrollar esas visiones negativas depresión. conocimiento (Newberg, De 2010). 

Siguiendo con esta tercera meta, Newberg señala que los neuroteólogos también encuentran otra área en que podría contribuir a su campo de estudio. Se trata del creciente problema del terrorismo y la mente del terrorista. Sostienen que, aunque no está claro cómo y porqué algunos individuos obedecen ciertas doctrinas religiosas o espirituales extremistas, la investigación neuroteológica tiene la oportunidad de evaluar meticulosamente que tipo de individuos son más proclives a seguir estas vías y quizás ofrezca métodos para una reconducción apropiada. 

La capacidad de determinar por qué el odio y la exclusividad son fomentados y aceptados por un individuo o grupo de individuos es una información que podría tener importantes consecuencias para la salud mundial. (Newberg, 2010) 

d) Finalmente, la cuarta meta tiene que ver con el bienestar de los individuos y la humanidad en general: la comprensión y tolerancia con respecto al fenómeno religioso y teológico esta implícita en la neuroteología. Los neuroteólogos piensan que el conocimiento no tendría que ser un obstáculo para crecer. Tanto la religión como la teología estimulan el crecimiento propio y en este sentido la neuroteología no podría ser algo que vaya en contra. Newberg comenta que muchos críticos manifiestan cierta preocupación en el caso de que la vía neuroteológica pudiera inducir a consumir píldoras para ser mas espirituales. Y responde que los seres humanos han utilizado y siguen utilizando continuamente diferentes técnicas: desde ritos, oraciones y meditación, hasta el ayuno, o mantener una intensa actividad física e incluso consumir sustancias farmacológicas para inducir estados espirituales o religiosos. 

La idea de ofrecer algunas técnicas o sustancias específicas que estimulen alguna experiencia religiosa ha existido durante miles de años Por tanto, no tendría que ser una sorpresa ni tampoco un problema el hecho de que la neuroteología descubra mejores métodos que los ya existentes. El punto realmente importante está en cómo incorporar esos métodos de manera apropiada según cada paradigma especifico religioso o espiritual. Según Newberg, este si es uno de los verdaderos retos de la investigación neuroteológica‖… … … … (hay algo más)… … … 

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