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LA INCERTIDUMBRE

Comienza un nuevo año, una nueva etapa en la desconocida y arriesgada carrera de nuestra vida que tiene un inicio bien señalado, pero un final incierto en tiempo, modalidad y circunstancia, lo que nos hace siempre pensar y reflexionar en nuestro balance de fin de año si éste ¿será un nuevo año o tal vez el último de nuestras vidas? Hay muchas cosas o situaciones en la vida que pueden hacernos sentir incertidumbre. Un nuevo trabajo, una nueva relación, un nuevo vecindario, un problema de salud, problemas financieros, la perdida de un ser querido, un nuevo cumpleaños…..en fin tantas y tantas cosas que debemos iniciar o re-iniciar, que hace que en tales circunstancias es complicado determinar a donde se dirigirán nuestras vidas; hacia lo desconocido, donde no podemos precisar si nos será fácil o sencillo el caminar.

Los escritores agudos y sensibles tienen ciertas precisiones que nos pueden ayudar a recorrer este incierto sentido de la vida futura y vamos a desarrollar algunas de ellas, con la ayuda de nuestros lectores de no solo recorrer sus ojos por las siguientes letras, sino el leer entre líneas lo escrito y compararlo con lo vivido y con lo soñado.

“No tengas miedo de tomar un camino desconocido. A veces nos llevan a los mejores lugares”. En esta afirmación debemos aplicar la osadía que siempre es necesaria en nuestras vidas para atrevernos a probar lo nuevo, lo desconocido. Recorrer caminos no explorados previamente tiene su dosis de riesgo, pero podría tener también su recompensa de arribar a nuevos destinos que nos permitan conocer lo diferente, probar lo no descubierto por nuestros sentidos y disfrutar del placer de un “nuevo paraíso”.

“Si aun está en tu mente, arriésgate”. Esta otra máxima nos debe hacer reflexionar sobre la cantidad de veces que dejamos de abrir nuevas puertas por temor a lo incierto y aunque por largos tiempos lo meditamos, pensamos y queremos, nos falta la determinación final para jalar la perilla y descubrir un nuevo castillo de ilusión y fantasía o tal vez una caverna de silencio, que también nos ayudará a meditar y volver a probar en un nuevo intento.

“No te angusties al no saber con certeza lo que viene a continuación; pero sea lo que sea estarás bien”. En esta frase se encierra tal vez el éxito de la mayoría de nuestras empresas y se resume en la fe y confianza que tengamos en cada uno de nosotros. No nos debe acomplejar el pensamiento o comentario futuro de los demás, sino la seguridad en nuestras propias determinaciones, obviamente siempre y cuando éstas hayan pasado por los filtros del análisis, reflexión y determinación. No vinimos a esta vida a sufrir, sino a disfrutarla probando de todo en la justa medida. “No pretendas controlar el resultado. Ten fe en el proceso y en tu intuición. ¡Confía en ti mismo. Otra afirmación que debiera tranquilizar nuestros ánimos sobre todo en aquellos aspectos que no se encuentran en nuestras posibilidades mentales, físicas y técnicas el cambiarlas o modificarlas. ¿Quién puede variar la fecha y hora de nuestra partida final? ¿Alguien podría añadirle un segundo más a nuestro día? Esas son verdades innegables pero que a veces en las vicisitudes que nos toca enfrentar desearíamos tener el poder de modificarlas para satisfacer nuestra inquietud o necesidad y eso enturbia nuestro ánimo y nos desconecta de la realidad, originando verdaderas crisis personales que lo único que logran es disminuir la fe que debemos tener en nuestras capacidades, así como en la opción de un mejor futuro y que después de la noche siempre sale el sol.

“Si vives con miedo al futuro por lo que pasó en el pasado, perderás lo que tienes en el presente”. Cuantas veces reprimimos nuestras intenciones y acciones presentes por temor, dolor o simple recuerdo de lo que nos ocurrió en el pasado. Debemos cambiar de actitud y tomar al pasado como algo que ya ocurrió y no tiene porque afectar nuestro presente; en cambio el día de hoy es único, nuevo y ha sido puesto a nuestra disposición para que lo utilicemos con inteligencia, valor y toda la capacidad que tengamos.

“Aprende a aceptar en lugar de esperar, y así tendrás menos decepciones”. El día que aceptemos que somos seres humanos falibles y no perfectos, aprenderemos a no confiar tanto y menos a esperar que otros resuelvan nuestros problemas. Cada reto y experiencia de vida que nos toque vivir es nuestro desafío personal y por lo tanto debe ser asumido en esa medida, con la energía positiva de resolverlos de la mejor manera que nos sea posible, sin abusar ni aprovecharnos de nadie y tampoco esperando en aquello que solo nos cause mayor dolor y decepción. Nacimos solos y así también nos iremos, pero hagámoslo con la idea que si al principio causamos lágrimas de alegría, las del final sean de agradecimiento por todo lo realizado.

“No es incertidumbre, lo llaman maravilla. No lo es inseguridad, llámalo libertad”. Este pensamiento nos recuerda que lo más valioso que tenemos en esta existencia es la opción de elegir, el tan mentado libre albedrío que nos hace seres únicos para pensar, sentir y actuar como mejor elijamos, pero teniendo siempre presente que esa libertad tiene un precio único, que a la corta o a la larga se debe pagar, y ese no es otro que el denominado como RESPONSABILIDAD.

“No te preocupes por lo que puedes perder…focalízate en lo que puedes ganar”. Si bien ya tocamos este punto, se vuelve a insistir en la necesidad de la auto confianza en las capacidades personales y en el sentido de optimismo de que las cosas cuando uno pone todo de su parte y se es positivo, salen bien y si el algún momento aparentemente perdemos o caemos derrotados, debemos sacar una reflexión de dicho incidente pues cada caída debe significar una enseñanza para nuestro futuro; cada derrota debe fortificar la fe en nosotros mismos en lugar de simplemente decepcionarnos o mantenernos derrotados y caídos.

Para finalizar estas breves reflexiones de vida y actitud, tengamos siempre en cuenta que somos únicos, humanos falibles, pero exclusivos de nuestras propias posibilidades y responsabilidades, nadie nos dijo que fuéramos dueños del mundo ni de los demás, como tampoco nos dijeron que la vida fuera fácil, por ello si estamos a punto de desfallecer en algún cometido personal, pensemos en lo siguiente: “Cuando tratas de controlarlo todo, no disfrutas nada. A veces solo necesitas relajarte, respirar, dejarlo ir y vivir el momento”.

SAFO

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