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El Perdón

La palabra PERDON viene de los vocablos PER que significa pasar por encima, y DONAR que significa dar (o dado, es decir que se ha dado o nos han dado). Por lo tanto PERDONAR es pasar por encima algo recibido, bueno o malo. Lo que se me haya dado yo decido si dejo que afecte mi vida o no, simplemente es así. El PERDON es una elección de vida, que nace de nuestro ser interior, el cual solo podemos darnos nosotros mismos. En consecuencia el PERDON es una llave mágica que abre las puertas a los milagros en nuestras vidas, y que a veces ni siquiera somos capaces de ver. Cuando uno se guarda un resentimiento, o un pensamiento – sentimiento negativo en contra de algo o de alguien, el único que se hace daño es uno y no la otra persona. Por ello fácilmente se puede y debe deducir que la única manera de ser libre es PERDONAR. Al sentirnos heridos por alguien lo que hacemos es quedarnos sumidos en el dolor, la venganza, el rencor e incluso la ira, sentimientos que poco a poco nos quitan la paz, la tranquilidad e incluso aparecen en nuestros cuerpos mediante las enfermedades. Es mejor empezar por casa, esto se refiere lógicamente a que el primer ser al que debemos PERDONAR es a nosotros mismos, a través de la meditación tratar de analizarnos, ver que somos seres que fallamos, que nos enfadamos, que renegamos, que culpamos, que lo que hicimos fue con el conocimiento que teníamos en esa época. Una manera de proceder prácticamente es, a través de la meditación consciente y bien efectuada, tratando de llegar a nuestro YO interior, a la misma chispa divina que arde en el interior de cada ser humano, apoyarnos en esa imperecedera y divina luz que nos ayudará a que la carga sea más llevadera. Sentir que nos perdonamos es el primer paso en la curación del PERDÓN. Si de verdad sentimos la necesidad de perdonar a una u otra persona y en un principio sentimos que no podemos, intentemos escribir una carta.

Es más fácil sincerarse a través de las letras, contando lo que pasó, como sucedieron las cosas según la óptica personal, como nos sentimos y como hasta hoy no pudimos perdonar, por ello al finalizar debemos expresar la sabia palabra de OFRECER PERDON y perdonarse a uno mismo. Con seguridad al escribir esta carta sentiremos una liberación de la rabia, la ira que nos consumía por dentro, para lo cual debemos leerla detenidamente hasta sentir la paz con nuestro propio YO. Al concluir ese proceso podemos quemar o destruir la carta y en el máximo de nuestra segura paz interior, entregarla sin temores ni falsos prejuicios. El proceso de PERDONAR suele ser muy duro, pues al mismo acompañan siempre lágrimas, que son las fieles compañeras cuando uno retrocede al pasado para revivir momentos dolorosos. En esos casos es necesario dar rienda suelta a este sentimiento de limpieza interior y llorar todo lo necesario, hasta sentir un alivio en la parte interna y también en la parte física. No debemos jamás olvidar que el llanto no es un patrimonio exclusivo de las mujeres o de los niños y que hasta Cristo lloró en la cruz.

El proceso de PERDON solo depende de uno, el trabajo de perdonarte y perdonar lo hace cada uno; al perdonarte se crece en el amor infinito y se permite que los milagros ingresen en nuestra vida diariamente; se siente que uno puede volar por la vida para hacer lo que siempre se quiso hacer, sintiendo que las personas son una maravilla de la creación y a la vez sentirse uno mismo como el logro más maravilloso del mundo. Recordemos que la grandeza de una persona no se mide por su dinero, los estudios o títulos obtenidos, ni la belleza física que se tenga en un momento de nuestras vidas, sino por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma. Es importante reafirmar por ello que no importa lo que uno haya pasado, no importa lo que nos hayan hecho….confirmemos y estemos seguros que hoy es el primer día del resto de nuestra vida para empezar algo nuevo. Nunca es tarde y siempre podemos PERDONAR a los demás y sobre todo PERDONARNOS a nosotros mismos.

El proceso de PERDON solo depende de uno, el trabajo de perdonarte y perdonar lo hace cada uno; al perdonarte se crece en el amor infinito y se permite que los milagros ingresen en nuestra vida diariamente; se siente que uno puede volar por la vida para hacer lo que siempre se quiso hacer, sintiendo que las personas son una maravilla de la creación y a la vez sentirse uno mismo como el logro más maravilloso del mundo. Recordemos que la grandeza de una persona no se mide por su dinero, los estudios o títulos obtenidos, ni la belleza física que se tenga en un momento de nuestras vidas, sino por la lealtad de su corazón y la humildad de su alma. Es importante reafirmar por ello que no importa lo que uno haya pasado, no importa lo que nos hayan hecho….confirmemos y estemos seguros que hoy es el primer día del resto de nuestra vida para empezar algo nuevo. Nunca es tarde y siempre podemos PERDONAR a los demás y sobre todo PERDONARNOS a nosotros mismos.

SAFO

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